El pasado 19 de octubre inauguró en Nueva York la muestra 'In Praise of Caves: Organic Architecture Projects from Mexico de Carlos Lazo, Mathias Goeritz, Juan O'Gorman y Javier Senosiain' la cual abarca múltiples galerías en el primer piso del Museo Noguchi. En este espacio –concebido por la Fundación Isamu Noguchi y el Museo del Jardín, fundado en 1985 por el artista que desafía las categorías, Isamu Noguchi– se combina una selección de proyectos de estos cuatro artistas-arquitectos que exploran la adaptación de estructuras naturales a la vida moderna, los beneficios prácticos y ambientales de habitar bajo tierra y cómo la humanidad podría reconectarse con la felicidad esencial de vivir en armonía con la naturaleza.
Bajo la amplia rúbrica de la arquitectura orgánica, estos proyectos e instalaciones de sitio específico reflejan un paradigma alternativo para abordar la relación entre los entornos naturales y construidos por el hombre que surgieron en México a mediados del siglo XX. A medida que la crisis climática se acelera, junto con otras señales de que hemos roto nuestra relación con la naturaleza, las visiones alternativas nunca han parecido más necesarias. De la mano con este discurso, el Noguchi convirtió temporalmente el espacio en un entorno subterráneo como metáfora para contemplar y quizás reevaluar nuestro lugar en el mundo.
Bajo la rúbrica amplia de la arquitectura orgánica, estos proyectos e instalaciones específicas del sitio reflejan un paradigma coherente alternativa para abordar la relación entre los entornos naturales y aquellos hecho por obra humana que se desarrolló a mediados del siglo XX. A medida que la crisis climática se acelera, junto con otras señales aterradoras de que hemos destrozado fundamental y quizás irreparablemente nuestra relación con la naturaleza, las visiones de estos artistas arquitectos nunca han sido más pertinente. Junto con la exposición de Noguchi Subscapes, estos proyectos convertirán temporalmente el Museo Noguchi en un entorno subterráneo como metáfora para contemplar y quizás reevaluar nuestro lugar en el mundo.
- Noguchi
La exposición comienza en el pabellón al aire libre del Museo que Isamu Noguchi (1904–1988) diseñó para sus esculturas totémicas de basalto. Una copia de exhibición de El Serpiente de El Eco (The Serpent for El Eco; 1953) de Mathias Goeritz (1915–1990), una serpiente de casi 30 pies de largo y 16 pies de alto que Goeritz diseñó para su museo El Eco (1952–53) en el centro de la Ciudad de México. En el trabajo de Goeritz, la serpiente representa un camino a través de la Tierra y un avatar a seguir hacia un futuro más ecológico. La gran serpiente se complementa con un nido de serpientes y una selección de otras especies de cuevas en una galería contigua.
En el centro de la galería principal del primer piso del Museo, Javier Senosiain (n. 1948) instalará una gran serpiente cubierta de mosaicos. Senosiain, líder de la segunda generación de arquitectos orgánicos mexicanos, es también un erudito importante de la bioarquitectura y el paladín principal del legado de sus antecesores. También se ofrece una selección de maquetas para proyectos realizados y no realizados, incluida la primera casa que construyó para sí mismo, Casa Orgánica (1984–85), luego ampliada con la adición de un segundo nivel, El Tiburón (1990, The Shark); y El Nido de Quetzalcóatl (1998–2007), su vasto parque residencial en la Ciudad de México.
Otra galería está dedicada a la casa cueva moderna del arquitecto Carlos Lazo (1914–1955), La Casa-Cueva de la Era Atómica (1948) en Lomas de Chapultepec, Ciudad de México, presentada a través de fotografías de archivo y un nuevo modelo fabricado por la firma Arquitectura Orgánica de Javier Senosiain. El modelo estará acompañado por una muestra de imágenes de otros esfuerzos de Lazo para llevar la vida moderna al futuro en su proyecto “Civilized Cave” (Cueva civilizada), que debía haber incluido 110 casas construidas a partir de cuevas naturales en la pared de un cañón.
Juan O’Gorman (1905–1982) es muy conocido por sus pinturas alegóricas apocalípticas que tratan sobre la relación problemática de la humanidad con la Tierra. Se incluye una selección de estas, centradas en la explotación del medio ambiente. Un nuevo modelo de la casa que construyó O’Gorman para su familia, que fue construida en una cueva de lava en la colonia Pedregal de la Ciudad de México entre 1948 y 1954, será el foco principal de esta instalación, junto con planos e imágenes de la casa. Es en Casa O’Gorman, que el artista y arquitecto comparó con vivir en un laboratorio, donde él y su esposa Helen (una excelente botánica aficionada e ilustradora botánica) intentaron estudiar de primera mano las viviendas subterráneas.
'In Praise of Caves' está organizada por Dakin Hart, Senior Curator of The Noguchi Museum, con el consultor de exposiciones Ricardo Suárez Haro, cuya idea era hacer una exposición sobre arquitectura orgánica con estos artistas-arquitectos. Para más información visita noguchi.org.